· Estrés: se desarrolla cuando tu perro considera que alguna de sus necesidades básicas no está cubierta (alimentación, paseo, juego o afecto). En estos supuestos, tu perro utiliza el ladrido como una vía de escape para expresar su frustración.
·
Soledad: los
perros son animales sociales, habituados a convivir en manada. Si tu perro pasa
excesivo tiempo solo, es posible que tienda a ladrar para expresar su malestar.
·
Problemas de socialización: los perros que no han sido socializados correctamente
cuando eran cachorros, generan miedos ante determinados estímulos del ambiente
que los rodea (objetos, ruidos o personas).
·
Entusiasmo: como ocurre con las personas, existen perros que son más expresivos o
excitables que otros. Suelen ser muy activos, y se emocionan ante la presencia
de seres queridos o de otros perros con los que tienen afinidad.
·
Actitud “guardiana”: es propia de razas habituadas a desarrollar, debido a su
naturaleza, comportamientos de vigilancia. El ladrido, en este caso, es un
signo de alerta.
·
Miedo: si
tu perro ha sufrido alguna experiencia traumática, puede tener interiorizado el
temor hacia determinadas situaciones o actitudes. Eso hace que, si se siente amenazado,
ladre de manera recurrente para manifestar su sensación de peligro.
·
Relación con otros perros: cuando los perros interactúan entre ellos, suelen
manifestar reacciones diversas, asociadas a actitudes que van desde el juego
hasta el establecimiento de jerarquías. Es importante, en estos casos, que
observes el origen del ladrido excesivo, cuándo se produce y ante qué tipo de
situaciones.
Las pautas que te
recomendamos a continuación pueden ayudarte a minimizar esta conducta:
·
Intenta que tu perro se sienta tranquilo y relajado, tanto dentro como fuera de casa. Recurre a las caricias
y a los premios (snacks) para que entienda que está seguro en cualquier
espacio.
·
No lo castigues ni lo regañes cuando ladre. Trabaja este comportamiento desde el refuerzo
positivo si no quieres aumentar su estrés y sentimiento de frustración. Tampoco
es conveniente que lo acaricies si ladra por miedo, porque puedes transmitirle
que está actuando de forma correcta.
·
Proporciónale juguetes que disminuyan su ansiedad, y comparte experiencias con él. Pasear, y practicar
deportes juntos es una excelente terapia para liberar su ansiedad y hacer que
descargue toda su energía.
·
Cuando
observes que algún elemento o situación le provoca temor, intenta distraerlo con algo que le guste mucho (por ejemplo, con un
snack) hasta que se tranquilice.
·
No lo fuerces a interactuar con otros perros o personas si no lo ves receptivo a ello.
Fomentar la socialización y el juego con otros perros es fundamental para su
bienestar, pero forzarlo puede llevar a que genere comportamientos agresivos.
Finalmente recuerda que los animales pueden tener
interiorizados aspectos que no siempre son fáciles de controlar. En el caso de
que tu perro no responda a ninguna de estas pautas, y su ladrido siga siendo
excesivo, te recomendamos que recurras a un veterinario especializado en
comportamientos caninos (etólogo) para que pueda ayudarte a encontrar la mejor
solución.
Escríbenos