Tienes que entender también que cuando un perro
está entusiasmado por una actividad excitante como salir a la calle, lo normal
es que quiera correr, por lo que no debes tomarlo como una mala conducta sino
enseñarle pacientemente que tú quieres otra cosa de él.
Antes de salir es conveniente jugar con él activamente
dentro de la casa por un tiempo prolongado, así cuando llega el momento de
salir está un poco más cansado y menos ansioso. Para eso resulta genial tirarle
una pelota o un juguete y hacerle correr para alcanzarlo varias veces.
Luego llega el
momento de ponerle la correa; si tu perro comienza a saltar y ladrar, quédate
quieto y en silencio hasta que se haya tranquilizado. Es importante que
entienda que debe estar quieto, así al momento de salir su mente estará más
relajada. Repite esto las veces que sea necesario antes de enganchar la correa
y abrir la puerta.
Una vez en la calle
hay distintos métodos para controlar al perro, según su tamaño y su conducta. Lo ideal es enseñarle con premios.
Lleva contigo unas golosinas para ir dándole cada 3 o 4 pasos mientras camina a
tu lado. Tienen que ser bocaditos blandos y pequeños, fáciles de tragar. Así
lograrás que el perro solo te preste atención a ti, en vez de ir mirando los
alrededores.
No olvides
felicitarlo y darle una caricia. Después de repetir la lección con éxito varios
días, comienzas a espaciar las golosinas y reemplazarlas por palabras y
caricias hasta que se acostumbre a caminar a la par tuyo.
Otra forma de
entrenamiento para perros que ya han aprendido las órdenes básicas es empezar a
caminar y cada vez que el perro se
adelante y comience a tirar de la correa, te detienes bruscamente y le haces
sentarse. Una vez que esté tranquilo comienzas a caminar otra vez y repites
si vuelve a adelantarse.
Si el paseo va más o
menos bien, en vez de sentarlo cuando tira puedes darle un tirón brusco pero breve (algo que no lo lastime) con la correa y le
dices NO. Cuando vuelva a tu lado lo felicitas y continúas. Con esto, el perro
aprende que cada vez que tira le obligas a detenerse de algún modo y él demora
más en llegar a donde quería. Recuerda que es mucho más efectivo dar tirones
cortos que tirar constantemente, pues el perro se acostumbra a caminar así y
tira con más fuerza.
Es importante que camines con buen ritmo, pues si vas demasiado lento en esta etapa de aprendizaje
será muy difícil que el perro logre frenarse para seguirte.
Lo primero, la correa debe ser resistente, acorde a
la fuerza de tu perro, y de no más de 2 metros. Cuando haya aprendido podrás
usar una más larga o extensible, pero no podrás tener un buen control de tu
mascota durante el entrenamiento si utilizas uno de estos modelos.
También deberás
llevar una dotación de golosinas; un accesorio práctico, aunque no
imprescindible es la bolsa para guardarlas que se cuelga a la cintura.
El collar
puede ser uno sencillo de nylon con hebilla. Para tener un mejor manejo del
animal el collar debe ir bien alto, justo por detrás de la nuca, pero no hace
falta que esté demasiado ajustado, así tu perro caminará con comodidad.
Toma esta información
como base y adáptala a los gustos y personalidad de tu perro. El objetivo es
lograr que ambos disfruten el paseo sin que tú hagas un gran esfuerzo y sin que
él regrese asustado por tanto que le has regañado. Evita enfadarte durante las
lecciones porque será muy difícil que logres enseñarle nada en ese estado.
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