Cuando un animal no se encuentra en su peso óptimo normalmente la causa es una alimentación no adecuada a sus necesidades. Muchos de los alimentos para perros y gatos cuentan con un exceso de cereales y almidón en su composición, lo que por un lado no se ajusta a sus requerimientos nutricionales de animales carnívoros, y por otro produce un aumento del peso. Además, el sedentarismo y un exceso de “extras” como premios, snacks, comida nuestra, etc., producen un desajuste entre la energía ingerida y la utilizada por el animal.
Por último, algunas enfermedades hormonales como el hipotiroidismo o el hiperadrenocorticismo también pueden hacer que nuestros animales engorden.
A nivel del páncreas, la obesidad favorece que el organismo no responda a la insulina que se produce, por lo que muchos perros y gatos con exceso de peso terminan desarrollando diabetes. A nivel del sistema urinario se relaciona con cistitis y otras patologías, como cálculos.
Cuando hay un aumento de grasa en el cuerpo en grandes cantidades, ésta se deposita alrededor de órganos tan importantes como el corazón o los pulmones, lo que puede producir dificultad en el bombeo de sangre, hipertensión, o compromiso respiratorio. Todos estos problemas asociados afectan a la longevidad del animal, reduciendo su esperanza y calidad de vida.
Una vida activa y una alimentación rica en proteínas y baja en hidratos de carbono previene el aumento de peso. Si tu mejor amigo ya tiene sobrepeso es importante acudir al veterinario para que instaure la dieta correspondiente y realice un chequeo de su salud para detectar posibles patologías asociadas.
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