1. Los perros se curan lamiendo
sus heridas
Ojalá fuese así y pudiésemos ahorrarnos el mal trago que pasan muchos de
los animales con los que compartimos nuestra vida al ir al veterinario, pero
por desgracia es falso. Si ves a tu perro lamerse una herida, lo que está
haciendo es limpiar la suciedad de la zona. Ojo cuando lo haga en exceso,
porque podría estar dificultando la cicatrización o producirse una dermatitis
acral por lamido constante. Por eso mismo se suele hacer uso de collares
isabelinos tras intervenciones médicas.
2. Un año de perro equivale a
siete años humanos
¡Este seguro que lo has oído mil veces! Y tampoco es cierto. Aunque los
perros envejecen más rápido que las personas, no podemos comparar su edad con
la nuestra sin tener en cuenta su tamaño, peso y hasta la raza. Lo que sí es
cierto es que hablamos de un perro adulto una vez superados los dos años y de
uno anciano cuando pasa de los nueve. En líneas generales, los perros pequeños
suelen vivir más años que los grandes, pero calcular una equivalencia respecto
a los humanos no tiene sentido.
3. Los perros ven en blanco y
negro
¡Pues va a ser que tampoco! Los perros distinguen colores tan diferentes
como el azul y el amarillo, aunque no pueden hacerlo entre los que son tan
similares como el rojo y el naranja, que suelen percibir como una variación del
gris o el amarillo. Si bien es cierto que su gama cromática es más reducida,
también lo es que su visión crepuscular es excelente, que captan el movimiento
mucho mejor que los humanos y que su campo de visión puede llegar hasta los 250
grados, mientras que la nuestra se limita a los 180.
4. Mueven la cola porque están
contentos
En realidad, no es siempre así. Aunque junto a las orejas la cola es la
parte con la que los perros más expresan sus emociones, también pueden agitarla
en situaciones que les produzcan ansiedad o miedo y hasta para desprender su
aroma con fines reproductivos.
5. Si un perro tiene la nariz
seca está enfermo
Un perro con la nariz seca puede estar perfectamente sano. Si dudas sobre
el estado de salud de tu perro, lo mejor es que acudas a realizarle una
revisión a su veterinario, pero guiarte por creencias falsas como esta no te
ayudará. Tu perro puede tener la nariz seca tras una larga siesta o debido al
calor sin que eso implique una señal de alarma.
6. Los perros no sudan
Lo hacen, pero de distinta forma que nosotros. Aunque no tienen glándulas
sudoríparas en su epidermis, sí que las acumulan en las almohadillas de sus
patas, de ahí que a menudo notes que tienen un extraño olor en ellas y que
dejen huellas húmedas en días de verano o tras un esfuerzo importante. Por la
lengua también expulsan calor, evaporando agua y refrigerando así su organismo.
7. La boca de los perros es mucho
más limpia que la nuestra
En realidad, su boca puede tener el mismo número e incluso más bacterias
que la de las personas, ya que además de comer, tu perro lame y muerde objetos
constantemente. De ahí que muchas personas laven sus dientes de forma
esporádica para evitar el mal aliento.
8. Hay perros peligrosos por naturaleza
A pesar de etiquetas como la de perros potencialmente peligrosos, la
realidad es que ningún perro nace siendo peligroso. ¿Cuántas veces has visto a
perros diminutos con un carácter diabólico? Aunque un pitbull y un doberman
tengan más fuerza y musculatura, el comportamiento de estos perros es
responsabilidad de la educación que reciben por parte de las personas con las
que conviven.
9. Los perros pueden comer lo
mismo que los humanos
Muchos productos que tenemos en casa pueden ser peligrosos para ellos, por
lo que estamos ante otro mito. El chocolate puede llegar a provocar la muerte a
un perro debido a la cafeína y la teobromina, las uvas y pasas pueden
provocarle lesiones regales, mientras que la cebolla y el ajo pueden dañar sus células
rojas. Revisar artículos como el de productos tóxicos y el de plantas
prohibidas te puede ayudar a identificar aquello que jamás se debería llevar a
la boca.
10. Los perros de raza enferman
menos
¡Pues va a ser que no! Cualquier perro puede tener un problema de salud. De
hecho, los perros de raza suelen padecer enfermedades hereditarias propias,
mientras que los mestizos tienen en su organismo diferentes formas de responder
ante la enfermedad.
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